El especialista realiza una evaluación clínica para determinar la intensidad del bruxismo, la fuerza de los músculos y los síntomas asociados (dolor, rigidez, desgaste dental).
Se inyecta toxina botulínica en los músculos encargados de la masticación, especialmente los maseteros y a veces los temporales, para reducir su actividad sin bloquear funciones normales.
Durante los días posteriores, los músculos comienzan a relajarse, disminuyendo la presión al apretar o rechinar los dientes, lo que reduce notablemente el dolor y el desgaste.
Los resultados suelen notarse entre la primera y segunda semana. El paciente experimenta alivio de tensiones, mejor calidad de sueño, y prevención de daños dentales y musculares.
El tratamiento con toxina botulínica para el bruxismo es una opción segura y efectiva para quienes sufren tensión mandibular, dolor de cabeza o desgaste dental. Si aprietas los dientes al dormir o durante el día, esta técnica puede ayudarte a relajar los músculos de la mandíbula y mejorar tu bienestar general. Nuestro equipo evaluará tu caso y te ofrecerá un tratamiento personalizado.
