Se realiza un análisis completo del rostro para identificar desbalances, proporciones y necesidades. A partir de ello, se diseña un plan adaptado a las características y objetivos de cada paciente.
Se aplica ácido hialurónico en zonas estratégicas como pómulos, mentón, mandíbula y labios para restaurar volumen, proyectar estructuras y mejorar la simetría facial.
La toxina botulínica se utiliza para suavizar arrugas dinámicas y relajar zonas de tensión, como el entrecejo o la frente, permitiendo un resultado más relajado y natural.
Los efectos son visibles desde la primera sesión, con mejoras que se consolidan en los días siguientes. El resultado es un rostro equilibrado, rejuvenecido y completamente adaptado a la identidad del paciente.
La armonización facial está pensada para quienes desean mejorar su apariencia sin alterar su esencia. Si buscas realzar tus rasgos, equilibrar proporciones y proyectar tu mejor versión sin cirugía, este tratamiento integral puede ayudarte a lograrlo. Nuestro equipo médico evaluará tus facciones y te propondrá un plan totalmente personalizado para conseguir resultados naturales y armónicos.
